Seguro alguna vez has tenido que hacer una tarea importante o necesaria pero has preferido hacer otra cosa más placentera o menos exigente aunque fuera irrelevante o secundaria.
Has pensado "Ya lo haré mañana", "no tengo ganas", "no sé por dónde empezar", "no me va a salir bien".
Seguramente has sentido culpa, estrés, ansiedad o frustración por no haber hecho lo que tenía que hacer. si te suena familiar, entonces eres un procrastinador o una procrastinadora.
No eres un holgazán
No te preocupes, no estás solo ni sola. La procrastinación es un fenómeno muy común en la sociedad actual entre los estudiantes y los trabajadores.
Se estima que entre el 15% y el 20% de la población adulta es procrastinadora crónica, es decir, que pospone sus tareas de forma habitual y con consecuencias negativas para su salud, rendimiento y bienestar.
Además, la procrastinación puede afectar a cualquier persona, independientemente de su edad, cultura o nivel educativo. ¿Pero, qué es exactamente la procrastinación?¿Por qué procrastinamos?¿Qué podemos hacer exactamente para evitarlo?.
Éstas son algunas preguntas que brevemente intentaré responder en esta entrada.
Me basaré en algunos estudios realizados y en mi propia experiencia y opinión.
¿Qué es la Procrastinación?
Según la Real Academia Española, es la acción y efecto de procrastinar, o sea, de aplazar, retrasar actividades que deben atenderse, sustituyéndolas por situaciones más relevantes o agradables.
Es el acto de postergar lo que DEBEMOS HACER POR LO QUE QUEREMOS HACER.
¿Por qué procrastinamos?. Existen causas internas y externas, me gusta llamarlas causas subjetivas y objetivas. Algunas de las cuales son la siguientes:
Causas Internas o Subjetivas.
- La personalidad.
Algunos rasgos de la personalidad pueden favorecer la procrastinación, como la baja autoestima, el perfeccionismo o la falta de control, la motivación que es el motor que nos impulsa a actuar. O sea, si no nos motivamos, si nos aburre, lo más probable es que evitemos o aplacemos.
-El Estrés.
El estrés es una respuesta fisiológica o psicológica ante una situación de nuestro organismo que percibimos como amenazante o desafiante.
El estrés puede afectar nuestra capacidad de concentración, de memoria o de toma de decisiones.
Si estamos estresados por nuestra tarea, si nos sentimos sobrepasados o agobiados lo más probable es que la aplacemos o la postpongamos.
-El Miedo al Fracaso o al Cambio.
El miedo al fracaso es el temor a no cumplir con las expectativas propias o ajenas sobre nuestra tarea.
el miedo al cambio es el temor a enfrentarnos a situaciones nuevas o desconocidas que impliquen un riesgo o una incertidumbre.
Estos miedos pueden generar inseguridad, ansiedad o bloqueos.
Si tenemos miedo al fracaso o al cambio por nuestra tarea, si pensamos que no vamos a ser capaces de hacerlas bien o nos va a traer consecuencias negativas es muy probable que la evitemos o la aplacemos.
Causas Externas u Objetivas.
El Clima y la Temperatura.
El clima y la temperatura pueden incidir en nuestro estado de ánimo y en nuestra energía.
Si hace mucho calor (como en el verano en Cala Ratjada)😆😆😆o mucho frío, si llueve o hace sol podemos sentirnos más cansados, apáticos o distraídos y lo más seguro es que aplacemos o evitemos la tarea.
El Nivel Económico y Social.
El nivel económico y social de un país o una región pueden afectar a las oportunidades, los recursos y las necesidades de sus habitantes.
Si el nivel de desarrollo es bajo puede haber más pobreza, desigualdad, violencia o corrupción.
Si el nivel de desarrollo es alto, puede haber mas consumo, competencia, presión o estrés estos factores pueden influir a la percepción y la valoración de las tareas que tenemos que cumplir, así la disponibilidad y accesibilidad de las alternativas que podemos elegir.
Si el nivel de desarrollo económico y social no es favorable para nuestra tarea.
Si nos dificulta o imposibilita hacerlas, o nos ofrecen otras alternativas más atractivas o fáciles lo más probable es que la evitemos o la aplacemos.
El grado de individualismo o colectivismo de la cultura
Se refiere al énfasis que se pone en los intereses y los derechos del individuo o del grupo.
La culturas individualistas valoran más la autonomía, la libertad, la creatividad y la competencia.
Las culturas colectivas valoran más la cooperación, la solidaridad, la armonía y la conformidad, éstas diferencias pueden afectar la las normas, los valores y las creencias que rigen el comportamiento de las personas en relación con sus tareas.
Si el grado de individualismo o colectivismo de nuestra cultura no es compatible con nuestra tarea, si nos genera conflictos o contradicción, lo más probable es que la evitemos o la aplacemos.
éstas son algunas de las posibles causas que pueden explicar por qué procrastinamos.
Sin embargo, debemos tener en cuenta que cada persona es única y diferente y pueden existir otras causas que no hemos mencionado.
Lo importante es que cada uno sea consciente de sus propias razones para procrastinar y que las analice y las afronte.
¿Qué consecuencias tiene la procrastinación para las personas que la practican? ¿Qué efectos tiene en su rendimiento, su salud y bienestar?
La procrastinación puede tener consecuencias Negativas para las personas que la practican tanto a corto como a largo plazo, algunas de estas consecuencias son el estrés, la ansiedad, la culpa, la frustración, etc.
Es importante aclarar que toda procrastinación no es negativa, también existe la procrastinación positiva la cual será objeto de análisis en otra entrada.
Existen muchas estrategias y técnicas para combatir la procrastinación y mejorar la gestión del tiempo y las prioridades.
Algunas de estas estrategias son
-Establecer objetivos claros y realistas.
Es importante saber qué queremos lograr con nuestra tarea, cómo queremos hacerlo y que beneficios nos va a reportar.
También es importante que nuestros objetivos sean específicos, alcanzables, relevantes y temporales.
-Dividir las tareas en partes más pequeñas y sencillas.
A veces procrastinamos porque nos sentimos abrumados por la magnitud o la complejidad de lo que tenemos que hacer, para evitarlo podemos dividir las tareas en subtareas más simples y manejables y establecer plazos y objetivos concretos para cada una de ellas, así nos será más fácil empezar y avanzar en nuestro trabajo y sentiremos una mayor satisfacción al ir cumpliendo cada paso.
-Planificar y organizar el tiempo y el espacio de trabajo.
Tener una agenda o un calendario anotando las tareas que debemos hacer ordenándolas por prioridad e importancia.
De esta manera podemos organizar mejor nuestro tiempo y evitar las distracciones o las escusas que nos impidan cumplir con nuestro plan.
También es conveniente tener un espacio de trabajo adecuado, limpio, ordenado y con los materiales necesarios para realizar nuestras tareas.
-Eliminar las distracciones y los estímulos externos.
Uno de los principales enemigos de la procrastinación es la distracción, principalmente de la que proviene de las tecnologías digitales, móvil, ordenador y las redes sociales.
Éstos dispositivos pueden captar nuestra atención y hacernos perder el foco de lo que estamos haciendo, por eso es conveniente que los
apaguemos o los silenciemos cuando tengamos que trabajar en una tarea importante y que solo lo usemos como una recompensa cuando hayamos terminado.
-Recompensarse por los logros alcanzados.
Una forma de aumentar nuestra motivación y nuestra autoestima es estimularnos al terminar un trabajo que nos daba pereza.
Podemos elegir una actividad que nos guste como ver una serie, leer un libro, salir con amigos o practicar deportes y hacerlo una vez que hayamos terminado con nuestra tarea.
Así asociaremos el trabajo con algo positivo y placentero y nos sentiremos más orgullosos y satisfechos de nosotros mismos.
-Buscar apoyo o ayuda si es necesario.
A veces la procrastinación puede ser síntoma de un problema más profundo como la ansiedad, la depresión o el estrés, para ello es necesario buscar la ayuda de un profesional e investigar las causas de fondo y mejorar nuestro bienestar emocional.
También podemos contar con el apoyo de nuestros familiares, amigos o compañeros, que nos animen, nos aconsejen o nos acompañen en nuestro proyecto.
Estas son algunas de las estrategias que podemos aplicar para dejar de procrastinar y ser más productivos.
Sin embargo, lo más importante es tener una actitud positiva y optimista hacia nuestra tarea y que reconozcamos nuestras fortalezas y nuestras capacidades para afrontarlas.
No nos desanimemos si alguna vez caemos en la tentación de posponer algo, lo importante es aprender de nuestros errores y seguir intentándolo.
¿Ustedes procrastinan?.- Déjenme su comentario.
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